María Fernanda Campos Castro
Psicoterapeuta infantil
Desde que se vive la infancia podemos encontrarnos de frente con la
famosa palabra límites. Es muy común
que las personas cercanas tengan diversas opiniones respecto de la educación en
esta etapa, sin embargo, no se llega completamente a un consenso respecto al
tema. Es por ello que se vuelve muy importante conocer más y mejor acerca de
qué son los límites, cómo se establecen y, sobre todo, cuáles son los
beneficios que se obtienen de una educación basada en límites claros y
positivos.
Contrario a lo que la misma palabra pudiera hacernos pensar, establecer
límites no significa coartar a la persona en la infancia en su desarrollo o
expresión, por el contrario, equivale a brindarle seguridad, es decir, los
límites son ese recinto físico y emocional seguro que permiten un desarrollo
autónomo e independiente; libre para la exploración protegida, para
actuar dentro de ciertos parámetros que permitan el respeto a sí y a las
demás personas, además del cumplimiento de los propios deberes y
responsabilidades.
Para establecer límites, las personas adultas requieren de paciencia y
control emocional, así como el tener presente que los límites deben ser:
lógicos, coherentes y constantes, evitando siempre la negociación de los
mismos. Es de suma importancia ser conscientes del nivel de desarrollo por el
cual atraviesa la persona en la infancia, así como poder identificar cuáles son
las actividades adecuadas para su edad, ya que esto nos permitirá establecer límites
más realistas y acorde a su etapa de desarrollo: “no le pidas a tu hijo o hija
cosas que simplemente no pueda cumplir, ya que esto se convertirá en un
comportamiento injusto”.
A continuación te presentaré algunas recomendaciones para establecer
límites con tu hijo o hija:
- Utiliza frases cortas y claras: Indica lo que se espera de su comportamiento con oraciones simples y, de ser posible, con razones breves. Por ejemplo, “vamos a la iglesia, debemos mantenernos sentados y hablar bajo”. Evita usar frases como “pórtate bien” ya que resultan muy abiertas y confusas.
- Utiliza alternativas. Se positivo y di que es lo que sí puede hacer. Por ejemplo: “La pared no es un lugar para dibujar, toma esta hoja y estas crayolas para hacer una obra de arte”. Esto ayudará a resaltar lo que está permitido, disminuyendo la exaltación de aquello que no se debe de hacer.
- Sé firme a la hora de establecer límites. Utiliza una expresión seria y una voz controlada. Recuerda que los límites no requieren ser gritados.
- Se constante. Los límites deben ser
aplicados diariamente. Si mamá o papá se encuentran cansados o
malhumorados y por ello dejan pasar alguna falta, para la persona en la
infancia será confuso y el límite deja de ser funcional.
Establecer límites conlleva una serie de beneficios para las personas de
la infancia en su desarrollo integral, tales como:
- Mantener un desarrollo sano y una infancia feliz y estable.
- Aprender a ser comprometidas, responsables e independientes.
- Reconocer las conductas sociales adecuadas y no.
- Aprender a tomar mejores decisiones.
- Incrementa la tolerancia a la frustración y el desarrollo de habilidades
sociales.
- Desarrollar seguridad y confianza en sí.
- Mantener rasgos de estima positiva.
Educar para la vida es un trabajo serio, y con la determinación y el apoyo adecuado es mucho más fácil lograrlo. Si aún tienes dudas acerca de la manera correcta de lograrlo, puedes apoyarte con la orientación de un especialista.
María Fernanda Campos Castro
Psicoterapeuta infantil
www.centroliber.com
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